1. LA PROTECCIÓN Y RESTITUCIÓN DE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES EN SITUACIÓN DE EXCLUSIÓN
Como un compromiso social que nos lleva a velar por su garantía y cumplimiento.
“Devolver los derechos vulnerados a los niños, niñas y adolescentes es lo que les permite ejercerlos con dignidad e integridad.”

2. LA CORRESPONSABILIDAD
Como el compromiso social de todos los actores vinculados a los programas sociales de la Fundación Poder Joven para participar activamente en la transformación de la crítica situación de riesgo y vulneración de la infancia. Aquí destacamos en especial la corresponsabilidad de las comunidades donde la Fundación Poder Joven ejecuta sus programas, pues es allí donde se gestan verdaderas transformaciones en la calidad de vida de los niños y sus familias.
“La familia, la sociedad y el Estado son corresponsables en su atención, cuidado y protección.”

3. EL AMOR
Como principio fundante de relaciones constructoras de lo humano tiene el poder de unir, guiar y liberar a las personas. El amor es el catalizador para el cambio, el desarrollo y los logros, pues crea en los niños, niñas y adolescentes una base fuerte para la iniciativa y la acción; es el máximo potencializador de las capacidades humanas, ya que genera confianza y autoestima.
“La práctica de amar, es decir, de darse desinteresadamente, tiene como única condición la satisfacción del propio ser.”

4. LA ESPIRITUALIDAD
Entendida como la forma de establecer un contacto directo y personal con Dios. Trascendiendo las barreras del dogmatismo, se fomenta la práctica de la meditación como un método científico universal que le permite a todo ser humano experimentar la felicidad verdadera y perdurable, la cual es el resultado natural de conocer su propia alma y comprender su unidad con el Espíritu Infinito.
“Dios es el Amor y la Dicha en sí mismos, por lo cual debemos buscarlo y anhelarlo abandonando cualquier sentimiento de temor o duda que pudiéramos albergar en nuestro interior”

5. EL RESPETO
Entendido como el valor que faculta al ser humano para reconocer y aceptar a las personas. Reconocimiento, en tanto se sabe que los niños, niñas y adolescentes tienen sin excepción, condición de dignidad, por lo tanto derechos y deberes. Aceptación, pues entre ellos hay diversidad cultural, étnica, de género y edad, que debe ser comprendida sin menoscabo o discriminación.
“El respeto es una conquista, no una exigencia, empezamos primero por respetarnos a nosotros mismos como fundamento para respetar la otredad”.

6. LA AUTONOMIA
Ese pensar y actuar por sí mismo con sentido crítico es una de las principales intencionalidades que se tiene con el niño, niña y adolescente en la práctica educativa, de ahí que la autonomía sea uno de nuestros pilares, pues la construcción de sujetos libres y responsables no es sólo un logro personal sino también social.
“Ser autónomo: actuar por sí mismo, no excluye la necesidad del vínculo con el otro”.

7. LA SOLIDARIDAD
El ejercicio de la solidaridad entre los seres humanos, deriva de la justicia, porque todos tenemos derecho al bienestar, y se fundamenta en la igualdad, porque somos iguales en dignidad. La solidaridad con los niños, niñas, adolescentes y sus familias expresa unidad, cohesión y colaboración ante situaciones de vulnerabilidad, que los excluye y oprime.
“La solidaridad cree y le apuesta a mundos posibles y vientos de cambio”